Comienzo mis catas personales con una cerveza recomendada por el dueño de la tienda Cercezorium de Zaragoza, Brutus, de Maximmus Brouwerij, que me dijo que era una cerveza que le sorprendió mucho, y he de decir que estoy con él.
La botella viene presidida por un toro, está decorada por Leffe Goldstein, un diseñador de Utrecht, el mismo pueblo holandés de donde proviene la cerveza.
En copa tiene un color ambar rojizo, algo turbio, con una capa de espuma fina pero algo densa y permanente, cosa que se agradece. Aromas a levadura y cítricos... y a alcohol.
Esa es la segunda sorpresa para esta cerveza de "tan sólo" 6º, al entrar en boca la levadura es patente. Pero según va bajando, el alcohol, para mi gusto, tiene una importancia excesiva para esa graduación, dándole un caracter soberbio, pero quitando matices a los aromas del inicio.
En resumén, una cerveza sorprendente, diferente para beber con calma y de vez en cuando. Mejoor acompañada de algún fruto seco o similar mientras se disfruta de un buen rock and roll.
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